Fecha
2018-03-12
Temas
Capacitación electoral
Descripción
<p>Mientras estas líneas se escribieron y ahora tú las lees, hay más de 45 mil personas recorriendo literalmente todo el país, con sus casi 2 millones y medio de kilómetros cuadrados, y con una crucial encomienda: garantizar que nuestro sistema electoral se active y evitar que nuestra democracia se vacíe y quiebre. Ese formidable contingente ciudadano, está buscando en sus casas a más de 10 millones de personas para lograr convencer a un 1 millón y medio de ellas para que se hagan cargo de instalar y hacer funcionar las 150 mil casillas donde habremos de ser convocados más de 80 millones a ejercer nuestro voto que allí se contará para elegir a más de 18 mil autoridades en 30 elecciones locales y tres federales por primera vez en nuestro México. Tremendos números que, más que cantidad, son calidad: decenas de miles que se convierten en decenas de millones. Más gente para mayor democracia. La potencia más formidable, el nervio más sensible, el músculo más fuerte de nuestra y cualquier democracia: la ciudadanía.</p><p> <br />Allí está la parte más importante de toda elección. Todo gira en torno de ella: la organización electoral; la integración de los consejos electorales, instancias colegiadas de dirección del entramado institucional y el servicio civil de carrera electoral; la conformación y propuestas de los partidos políticos, sus candidaturas y campañas; los debates; la cobertura de los medios de comunicación; la actividad de las redes sociales; los sondeos de las encuestas; la preparación de resultados electorales preliminares, los conteos rápidos, los cómputos y, desde luego; el voto y la elección de autoridades de la República. Todo gira en torno a quienes tienen el poder electoral más importante: el voto personal, el sufragio impersonal y la elección popular. Y conforme más liberal, democrática y competitiva sea una elección, mayor es el poder centrípeto de esa ciudadanía.</p><p> <br />Sin demócratas y sin ciudadanía no hay democracia ni elecciones íntegras, ya lo sabemos. Lo que no debemos ahora ignorar es la urgencia de romper el paradigma sobre el que hemos construido el ejercicio de nuestra democracia electoral. Dadas las condiciones históricas de nuestro proceso de transición democrática, nos quedamos con la idea de que las elecciones las organizan y sancionan las autoridades, así como que los protagonistas son los partidos y sus candidaturas. Falso. </p><p> <br />Eso ya es ahora falso. O parcialmente falso. Obviamente las elecciones siguen siendo una función del Estado Mexicano que se lleva a cabo por órganos constitucionales autónomos, o sea: autoridades. Ellas son las que deciden, como debe ser. Pero las que instalan las casillas, reciben, cuentan los votos y luego en su estimación pública valoran y sancionan la validez de las elecciones y la legitimidad de las autoridades, son las personas ciudadanas.</p><p> <br />Pensar que la participación ciudadana es solamente temporal y se incluye en apoyo de los órganos permanentes de las autoridades electorales, es ya poner la carreta delante de los bueyes y dañar la naturaleza participativa de cualquier sistema electoral contemporáneo que se pretenda democrático, incluyendo muy destacadamente el nuestro.</p><p> <br />La participación es el nervio, la sustancia (y debe ser permanente, más allá del voto y las votaciones). Por eso, esta democracia no se colapsa a pesar de estar en los últimos lugares latinoamericanos de la aprobación de sus procedimientos e instituciones políticas, así como de tener una baja calidad y estar situada en medio de los peores registros de percepción y práctica de la corrupción. No en balde, cada 3 años decenas de miles de personas, como ahora, van en búsqueda de millones para convencerles de que no se vayan, de que aún y que todo lo que ven y viven parece ir en sentido contrario, vale la pena quedarse en este planeta democrático de elecciones y apropiarse de él para poblarlo de sueños que nadie les va a cumplir si no los conquistan. Por eso, debemos expresar, como ahora se hace aquí, nuestros respetos, admiración y gratitud a las y los capacitadores y supervisores electorales que en este momento recorren al país en búsqueda de su democracia. </p><p style="text-align: right;">*CGMXRedes</p>