Autor
Andrea Sánchez, Francisco J. de (Francisco José de)
Descripción
<p style="text-align: justify;">Contextualización del Tema</p><p style="text-align: justify;">Las actitudes, expresiones faciales, tono de voz, compostura, exasperación y seguridad que proyectan los candidatos en imágenes como las que serán transmitidas en vivo por televisión a nivel nacional y por Internet el domingo 22 de abril, durante el primer debate presidencial, rumbo a la elección del 1 de julio de 2018 proveerán información vital para los televidentes que en el caso del debate político referido son también potenciales electores, muchos de los cuales aún se encuentran en la indecisión y probablemente determinen su opción de voto, en parte, según el desempeño de cada uno de los participantes en el citado debate.</p><p style="text-align: justify;">Los anteriores tópicos no han sido abordados a profundidad en relación con los debates políticos en México y nos parece que su estudio y análisis revela algunos aspectos fascinantes que nos permiten profundizar sobre aspectos fundamentales que generan diferentes interpretaciones de la realidad política mexicana puesto que una es la percepción que tienen los ciudadanos en general, otra la de las nomenclaturas y dirigencias de los propios partidos políticos y otra más -quizá la más profunda por razones de especialización profesional- la de los psicólogos que estudian y analizan la política.</p><p style="text-align: justify;">De esta manera, toda la información provista por un análisis especializado de psicología política profunda nos ofrece una amalgama multifactorial extraordinariamente útil para el acopio de formación relevante para los electores y que desafortunadamente en la actualidad sólo está disponible para especialistas en ensayos académicos de circulación restringida pero que eventualmente -y ese sería el propósito de tratar este tema- podrían estar a disposición del electorado en próximos ciclos electorales relevantes y por lo tanto serán elementos imprescindibles para una toma de decisión informada, inteligente y fundamentada en datos e información objetiva real y no en especulaciones o fantasías.</p><p style="text-align: justify;">Así, por ejemplo, el tema de la fuerza de la identidad nacional de los principales candidatos presidenciales nos parece un tópico ideal para ejemplificar la utilidad del análisis que proponemos.</p><p style="text-align: justify;"><em>AMLO</em></p><p style="text-align: justify;">En el caso específico de AMLO, éste proyecta una imagen que el mismo alienta y promueve como la de un político contemporáneo con un perfil “juarista”, exaltando lo mexicano con un acento cultural en lo mestizo y el indigenismo, este último presente en su vida desde la época de vinculación con Carlos Pellicer hasta su propia apariencia física. Asimismo, en esta misma vertiente, tenemos una postura en contra del imperialismo de Estados Unidos que en estos momentos es especialmente relevante y que podría ocasionar intervenciones emotivas o viscerales en favor y defensa de la soberanía nacional. </p><p style="text-align: justify;"><em>Jose A. MEADE</em></p><p style="text-align: justify;">La identidad que proyecta José Antonio Meade es la del criollo mexicano del Siglo XXI con el perfil tecnocrático de formación post doctoral norteamericana que prevalece entre la élite política mexicana desde el ascenso al poder de Miguel de la Madrid y que señala el fin de los presidentes de la era “revolucionaria” con José López Portillo. En el actual contexto político y social mexicano esto es negativo porque su perfil no provee información contundente al potencial elector que permita al mexicano promedio identificarse con MEADE ni racialmente, ni en su lenguaje profesional o coloquial, ni en los referentes culturales.</p><p style="text-align: justify;"><em>Ricardo ANAYA</em></p><p style="text-align: justify;">Respecto al más joven de los contendientes en la elección presidencial de 2018, destaca en vísperas de la elección una imagen en la que se detectan microexpresiones de seguridad escénica a pesar de su relativa juventud aunque con un estilo acartonado debido a la tendencia de su personalidad para ejercer un control casi total sobre todas las variables de sus presentaciones públicas.</p><p style="text-align: justify;">Por otro lado, la apreciación pública nacional previa al primer debate es que Anaya es el mejor de los oradores en un sentido clásico en términos de elocución, corrección en el uso del lenguaje, estructura y contenido temático de sus discursos y debates.</p><p style="text-align: justify;">Como incógnita tenemos la reacción que Anaya tendrá ante la prueba de fuego que será su primer debate televisado en vivo frente a varios personajes con una mayor experiencia en debates presidenciales previos y si la seguridad y prestancia hasta ahora presenciados continuarán bajo un formato distinto como es el de los debates político-electorales en vivo y televisados en cadena nacional.</p><p style="text-align: justify;">Por último, un aspecto clave del desempeño de Anaya será su presentación física y su desenvolvimiento pensando en la franja de electores menores de 25 años que votarán por primera ocasión en la elección presidencial en México y que en términos generacionales se identificarían con el.</p><p style="text-align: justify;"><em>Margarita ZAVALA</em></p><p style="text-align: justify;">El caso de Margarita Zavala es sui generis en tanto que se trata de un personaje cercano a la política presidencial en México como primera dama del país durante la administración de Felipe Calderón su esposo. Sin embargo, a diferencia de otras candidatas presidenciales en otras latitudes como Hillary Clinton por ejemplo, Zavala carece de experiencia probada tanto en puestos de elección como en la administración de entidades del gobierno federal o local mexicano por lo que su verdadera capacidad política y ejecutiva es en realidad una incógnita.</p><p style="text-align: justify;">Esta falta de experiencia, desafortunadamente llevaría a la mayor parte del electorado a pensar que en el caso hipotético de ganar una elección presidencial o de otra naturaleza se apoyaría fundamentalmente en la experiencia y consejos de su esposo y del grupo político que acompañó a éste durante su sexenio. En otras palabras, la elección de Margarita Zavala equivaldría de facto para algunos observadores y ciudadanos a una reelección de Felipe Calderón, no por un prejuicio ante una candidata del sexo femenino sino precisamente por el vacío curricular que no es posible ocultar.</p><p style="text-align: justify;"><em>El BRONCO</em></p><p style="text-align: justify;">En el caso del que parece ser será el último invitado a integrarse a la contienda presidencial, cabe destacar los aspectos de agresividad lingüística y temática y un estilo muy vinculado a la personalidad del norteño promedio. Las circunstancias de su incorporación de último momento al debate y, eventualmente, a la boleta electoral el 1 de julio de 2018 determinarán inevitablemente una actitud contestataria y cuestionadora tanto del órgano cúpula organizador de las elecciones como de las desventajas de la partidocracia desbocada en México que el Bronco tratará de presentar ante la ciudadanía como una mafia que busca evitar el acceso de ciudadanos independientes al ejercicio del poder político en México. La agresividad verbal y de micro-expresiones manejada correctamente podría generarle apoyos inesperados en especial en la zona norte del país si bien una pérdida de control emocional frente a las cámaras podría también alejar a potenciales electores que aún permanecen indecisos.</p>
