Fecha
2018-04-24
Autor
Pedroza de la Llave, Susana Thalía
Temas
Debates
Descripción
<p><br />En términos generales se advierte que el desarrollo del primer Debate de la y los candidatos a la elección presidencial 2018 fue simple, con un formato nada espectacular, sobrio y, al mismo tiempo, se podría calificar como clásico y con un ingrediente muy especial como lo fue la participación de tres personalidades de los medios de comunicación que fungieron como moderadores, a quienes el formato solo les alcanzó para establecer las reglas, formular las preguntas y, en limitadas ocasiones, repreguntar a la candidata y candidatos.</p><p> </p><p><br />Sobre este primer Debate es conveniente realizar una autocrítica democrática y ciudadana. Para la organización del mismo se reconoce por supuesto al Instituto Nacional Electoral (INE); sin embargo, no se puede calificar todo como positivo, ya que se trató de un ejercicio plausible en cualquier democracia, pero todo es perfectible y el problema ahora tiene que ver con el formato. Tarea que seguramente está valorando el INE.</p><p> </p><p><br />A ese respecto, recordemos que la intención de un Debate político tienen como propósito o finalidad fundamental proporcionar mayores elementos definitorios al electorado, para emitir su voto de manera informada. Desde esa perspectiva, el denominado “Debate” no puede calificarse como tal, si de lo que se trató -en un 80% de los tiempos utilizados- fue de insistir en las mutuas acusaciones que día a día las y los ciudadanos vemos y escuchamos a través de los spots o de las imnumerables entrevistas por todos los medios de comunicación o por las redes sociales.</p><p> </p><p><br />Por lo anterior, es necesario que el nivel y la calidad de la discusión en estos debates se eleven, ya que todas las y los ciudadanos tenemos derecho a una información completa y veraz, no a que la misma se limite a las llamadas “rencillas” partidistas, de grupos políticos o de personas en particular. En este sentido, la exigencia de la ciudadanía debe ser la de promover un Debate serio, claro, preciso y veraz, mediante el cual la sociedad sí conozca los oscuros o grises pasados de todos los contendientes pero también, de la mayor trascendencia, cuáles son sus propuestas y soluciones a los graves problemas que enfrenta México, sus planes o agendas para administrar los recursos públicos, sus objetivos, estrategias, compromisos y, muy especialmente, las garantías de cumplimiento de dichas promesas. </p><p> </p><p style="text-align: right;"><br />*Investigadora titular “B” del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM; coordinadora general de la División de Estudios de Posgrado y del CIJUREP de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, e investigadora nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).</p>