Fecha
2018-04-27
Autor
Salmorán Villar, María de Guadalupe
Temas
Campañas
Laicidad
Descripción
<p><br />En los últimos meses hemos presenciado diversos atropellos al carácter laico del Estado por parte de servidores públicos, actores políticos de todos los colores y ministros de culto, en abierta transgresión a uno de los principios establecidos en la constitución (artículos 40 y 130): el principio de separación Estado-iglesias. </p><p> <br />El que las transgresiones provengan de ambos flancos – del mundo de la política y el mundo religioso – hace pensar en una franca “complicidad” entre los políticos y prelados para incumplir con sus deberes o, mejor dicho, obligaciones constitucionales. </p><p> <br />Los políticos y funcionarios públicos han contravenido la configuración de México como una “República laica” no sólo mediante la “clásica” y recurrente asistencia (con carácter oficial) de autoridades estatales en actos religiosos de culto público y la introducción de imágenes religiosas en espacios públicos. Han incurrido, además, en una amplia gama de conductas dignas de ser evidenciadas. Aquí un breve repertorio con fechas, nombres y apellidos.</p><p><br />Actos de “consagración” de estados enteros. Basta citar algunos ejemplos. En mayo de 2017 el gobernador Miguel Márquez consagró al estado Guanajuato al “Sagrado Corazón de Jesús”. Del mismo modo que, en 2013, lo habían hecho el gobernador César Duarte en el estado de Chihuahua y Javier Duarte en Veracruz. En ese año, la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes (PAN) entregó las llaves de la capital neolonoesa a “Jesucristo”. </p><p> Destino de recursos públicos con fines religiosos. Un caso paradigmático es cuando en 2018, Emilio González Márquez, en su calidad de gobernador de Jalisco donó 90 millones del erario para la edificación de un “santuario cristero”. En este rubro cabe el uso del gasto público por parte del gobierno federal para financiar las recurrentes visitas del Papa en nuestro país. Según datos de la propia Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) la visita del Papa en 2016 ¡habría costado alrededor de 200 millones de pesos! </p><p> Alusiones religiosas por parte de los candidatos a la presidencia de la República. En diciembre de 2017, José Antonio Meade (Todos por México) no sólo se refirió a la “vela rosa” que en tiempos de “adviento” nos prepara para la “navidad”, pidió a las mujeres mexiquenses “encomendarse a Dios” por feminicidios. A nadie cae de sorpresa la identificación de la candidata independiente Margarita Zavala con los “valores católicos”. Sin embargo, sí sorprende que Andrés Manuel López Obrador (Juntos Haremos Historia) se asuma públicamente como “cristiano”, y que uno de sus aliados sea el Partido Encuentro social, una fuerza política que recoge los reclamos de diversas iglesias evangélicas. Como si no bastara, AMLO ha ofrecido encuentros ecuménicos o interreligiosos a militantes del PES y prometió la elaboración de una “constitución moral”. De esta tendencia no escapa tampoco el candidato ciudadano Jaime Rodríguez, “El Bronco”, quien después del temblor, admitió la corresponsabilidad de los mexicanos por estar “demasiado liberales con la fe”. Sin olvidar la afirmación de Enrique Ochoa Reza (actual presidente nacional del PRI) de que “en México todos somos guadalupanos” en ocasión de la fecha en que se festeja el día de la virgen.</p><p> Clase política mexicana pide bendición al Papa. Mención aparte merece la petición de la bendición al Papa por parte de clase política, reunida en el Palacio Nacional, en ocasión a la visita del Sumo Pontífice del Vaticano en 2016. En donde por momentos se dejaron escuchar los gritos de “¡Viva el Papa!” “¡Viva el Papa Francisco!” “¡Bendición, bendición, bendición!” Aunque (por fortuna o por sentido común) el Papa no respondiera al llamado... ése día el Papa fue el funcionario “más laico” de todos en dicha celebración.</p><p> Intercambios y acomodos entre candidatos y obispos. En los últimos días, 13 y 14 de abril, los candidatos presidenciales - Ricardo Anaya, Margarita Zavala, AMLO y Meade - han tenido encuentro “a puertas cerradas” de con los obispos de la iglesia católica, en el marco de la Conferencia del Episcopado Mexicano. </p><p> Adopción de agenda conservadora. Diversos actores políticos han adoptado posturas regresivas en ciertos temas fundamentales - como el aborto, la familia, matrimonios igualitarios y la eutanasia - a partir de una retórica de los “valores”, de evidente inspiración religiosa. Por ejemplo, Carlos Lomelí, el actual candidato de la Coalición Juntos Haremos Historia a la gubernatura de Jalisco, presentó su plataforma en materia de salud en la que propone someter a referéndum la despenalización del aborto. Por otra parte, en una reunión con organizaciones “pro vida” y “pro familia”, Mikel Arriola, actual candidato del PRI a la gubernatura de la Ciudad de México, afirmó que en los últimos 20 años los gobiernos de izquierda “han promovido el desprecio por los valores, junto con un libertinaje encubierto de supuestos derechos, que ha puesto en riesgo el desarrollo de nuestros hijos y que ha derivado en una desintegración de nuestra sociedad”.</p><p> Enmienda a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público. Otro ejemplo de la ola conservadora en contraposición al principio de laicidad es la propuesta de reforma presentada por el PRI, el pasado 12 de abril, potencialmente en consonancia con los intereses de la iglesia católica. Según Javier Tejado Dondé, la iniciativa propone que las iglesias puedan: (i) expresarse más allá de los templos; (ii) el derecho a la objeción de conciencia; (iii) adquirir y administrar bienes materiales sin el consentimiento de Gobernación; (iv) operar y administrar estaciones de radio y tv, así como obtener concesiones de telecomunicaciones; y (v) recibir recursos para el sostenimiento de las asociaciones religiosas. El mensaje del PRI, en palabras de Bernardo Barranco, es claro: “señores obispos, si ganamos en 2018 y tenemos mayoría en la cámara, haremos efectiva la reforma. Apoyen al PRI, porque todos ganamos”.</p><p> Los clérigos tampoco han perdido el tiempo. La injerencia en el mundo de la política por parte de los ministros de culto (en su mayoría católicos aunque no sólo) se ha mostrado igualmente franca e impune.</p><p> Apunto los hechos más flagrantes y recientes:</p><p> Votar desde la moral católica. El 18 de marzo, el Arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera, llama a fieles a votar desde la “moral católica”, y a negar el voto a partidos o candidatos cuyos programas no respeten los “derechos familiares, económicos, educativos y religiosos”. Un día después, en una entrevista para el periódico El Universal, el Arzobispo Primado de México, Carlos Aguilar Retes, no sólo llamó a los aspirantes a la presidencia de la República “a no denigrarse y ofrecer propuestas para resolver los problemas”, además, nos regaló sus opiniones sobre el proceso electoral en curso y su visión sobre varios temas de interés público, como la alternancia, participación ciudadana, violencia, corrupción, seguridad y… un tema que sí debería interesar a la iglesia católica: el delito de pederastia cometido por sacerdotes.</p><p> La iglesia no acepta que las mujeres aborten ni uniones entre homosexuales. El 19 de marzo, a dos semanas del arranque de las campañas, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) exhortó a los católicos y “personas de buena voluntad” para que emitan su voto en conciencia, recordándoles que la Iglesia católica está en contra del aborto y de los matrimonios entre personas del mismo sexo. </p><p> Acomodos “a puertas cerradas” entre políticos y obispos. El 2 de abril, el Arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, sostuvo reuniones privadas con los candidatos y candidatas al gobierno de la entidad - Martha Erika Alonso (Por Puebla Al Frente) Enrique Doger Guerrero (PRI) y Luis Miguel Barbosa (Juntos Haremos Historia) - para exponer su diagnóstico sobre problemáticas sociales como la inseguridad y el hambre. En una entrevista para Milenio afirmó: “No sabemos en este momento, los candidatos, qué propuestas nos tengan, pero eso no es porque algún candidato lo promueva, es parte del evangelio que predica la Iglesia, la familia, la vida, los valores, el respeto a la vida. Entonces, no es que queramos promover a un candidato al otro. Eso ha sido toda la vida la doctrina de la iglesia, de la doctrina de Jesús, el respeto a la vida, a la familia, a los valores. Siempre estaremos predicando, siempre estaremos por la vida”.</p><p> Rezos y sermones ante proceso electoral. El 19 de abril, la Conferencia del Episcopado Mexicano invitó a los ciudadanos a “unirse en oración ante el proceso electoral,” mientras que el movimiento “Iglesias por la Paz”, integrado por 14 expresiones religiosas y colectivos, pidió a la ciudadanía “no dejarse engañar” por los “discursos espirituales” de los candidatos a la presidencia. </p><p> “Diálogo” entre las iglesias y el narco. En marzo del año en curso, el Obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Guerrero, Salvador Rangel Mendoza, se reunió con integrantes del crimen organizado, para acordar detener la violencia en contra de los candidatos en la entidad. El movimiento “Iglesias por la Paz” respaldó el “diálogo” del obispo con integrantes del narcotráfico para alcanzar la paz. El pastor luterano Miguel Solórzano, dijo que las iglesias “estamos abiertos a dialogar”. </p><p> Sí, leyó bien estimadx lectorx, los religiosos fungiendo como “puentes de comunicación” entre el crimen organizado y la sociedad. Pregunta: ¿y el Estado?</p><p> Han pasado ya cinco años desde que México fue definido en la constitución (al parecer, fortuitamente) como una “República laica” y se reafirmó la “libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión” como un derecho humano. Sin embargo, parece que dicha reforma fue mera parafernalia. A partir de esta breve crónica queda evidenciado cómo la clase política y los funcionarios públicos han renunciado al carácter laico del Estado y, con ello, han encaminado la función pública hacia su contrario: el Estado confesional. </p><p> Las reflexiones que escribí con motivo de ciertas posiciones reaccionarias a la reforma de 2013 tienen una lamentable vigencia: ¿cómo lograr que el Estado mexicano conserve su carácter laico si los propios gobernantes reconocen a una divinidad como la máxima autoridad de las demarcaciones que representan? ¿Si los actores políticos manifiestan públicamente su fe al jerarca máximo de una iglesia? ¿Si los propios partidos toman como estandarte político los valores de una orden religiosa? ¿Si los encargados de asegurar los derechos y libertades de las personas, en lugar de ello, defienden sus propias convicciones religiosas?</p><p> Nadie sabe dónde quedaron los promotores de la reforma constitucional de 2013. Hoy en día la constitución federal es letra muerta. </p><p style="text-align: right;">* IIJ-UNAM</p>