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Las elecciones de Andrés Manuel: tres historias
dc.contributor | Concha, Hugo A. (Hugo Alejandro) | es_MX |
dc.date.accessioned | 2018-07-03T03:51:05Z | |
dc.date.available | 2018-07-03T03:51:05Z | |
dc.date.issued | 2018-07-02 | es_MX |
dc.identifier.uri | http://ru.juridicas.unam.mx:80/xmlui/handle/123456789/2051 | |
dc.description | <p><strong>Primera. Durante la Jornada.</strong></p><p> <br />Llegué como a las 17:00 horas del 1 de julio al Instituto Nacional Electoral. Fui invitado a participar en un programa de TV UNAM, “Observatorio Especial de la Jornada Electoral”, conducido por Pedro Salazar. </p><p> </p><p><br />He tenido la suerte durante varias elecciones, desde que fui funcionario electoral del histórico IFE, de ser invitado a la sede de la autoridad electoral el día de la jornada. Es algo parecido a una “kermesse” electoral, pues en el espacio exterior de los edificios, se instalan numerosos espacios de los diversos medios de comunicación que quieren hacer programas en vivo desde el lugar donde surge la información. </p><p> </p><p><br />Cuando entraba en la ruta del estacionamiento provisional, me encontré a un amigo. Trabajó durante años en Comunicación Social del Instituto. No lo veía desde hacía años y me actualizó. Ahora estaba en el área de comunicación del equipo del candidato Meade. Caminamos platicando un poco más y para cerrar la conversación y llegar al estudio del programa le dije, “bueno, ¿y que viene, puesto que es inminente no?, todo parece indicar que la votación masiva tiene un destinatario, como lo señalaron las encuestas todo el tiempo”. Su respuesta me sorprendió: “pues no ¿eh?, tenemos otros números, de encuestas confiables…”</p><p> </p><p><br />Me alarmé. Pensé en uno de los riesgos que había señalado días atrás el expresidente del IFE, ahora consultor, Luis Carlos Ugalde. Que los candidatos que no ganaran la elección, no reconocieran su derrota y el triunfo del candidato con todas las probabilidades de ganar. Mi amigo no me quería convencer de nada. Él estaba convencido de lo que decía. Todos ellos estaban convencidos que los resultados podían diferir de lo que las encuestas (las de verdad, las serias) venían señalando consistentemente por meses. Increíble el grado de enajenación política de nuestros partidos. Totalmente alejados de la realidad. </p><p> </p><p> </p><p> </p><p><strong>Segunda. La sorpresa.</strong></p><p> </p><p><br />En otra invitación en el INE, entré a otro programa, a las 20 horas. Era del Grupo Capital, el canal Efekto TV, donde tuve un programa de análisis por cuatro años. Me acompañaba el periodista Vladimir Galeana y, desde el Estudio, las periodistas Martha Reyes y Abril Osorio. </p><p> </p><p><br />En realidad, éramos relleno informativo mientras la información de la jornada electoral fluía. Mientras Martha y Abril hacían su trabajo, nos preguntaban nuestras opiniones. Yo esbozaba ideas de lo que significaba la participación masiva, las etapas de la jornada electoral, los diferentes sistemas que dan resultados y porque lo importante era esperar a los conteos rápidos de las 23 horas del INE. Eran pasadas las 20 horas y de repente, todo ocurrió. </p><p> </p><p><br />Entró al aire el candidato Meade, “Siempre he defendido la ley y las instituciones, creo en la democracia y en ese marco con responsabilidad, reconozco que las tendencias del voto no nos favorecen… En este momento habré de reconocer que, de acuerdo a las tendencias fue Andrés Manuel López Obrador quién obtuvo la mayoría, el tendrá la responsabilidad de conducir el Poder Ejecutivo y por el bien de México, le deseo el mejor de los éxitos”.</p><p> </p><p><br />No lo podía creer. El candidato oficialista, el que aseguró en todo momento que ganarían, el que repitió incesantemente que AMLO era un peligro para el futuro, decidió convertirse en un demócrata ejemplar. Las razones que explican su comportamiento pueden ser muchas, pero no importan en este momento. Con su declaración, Meade se convirtió en un soporte de nuestro sistema electoral. Ese que tanto nos ha costado y que, hasta este momento, seguía siendo objeto de nuestra desconfianza. Lo que hizo Meade, obligó a los otros candidatos a seguir su camino. </p><p> </p><p><br />Y así, de manera repentina y sorpresiva, la democracia mexicana, en su parte electoral, se consolidó. Nuestras instituciones, el INE, en particular, y los miles de ciudadanos que contaron los votos, fueron reconocidos en su labor. El discurso esperado de las 23 horas del consejero Presidente Lorenzo Córdoba perdió importancia y se convirtió en un informe numérico para detallar el alcance de la victoria. Todos los actores reconocieron ya, sin excepción, que nuestro sistema funciona bien. La desconfianza creada en el 2006 quedó finalmente atrás. ¿Qué podremos hacer en un mundo electoral sin desconfianza? </p><p> </p><p> </p><p> </p><p><strong>Tercera. El miedo. </strong></p><p> </p><p><br />Una amiga, de hace muchísimos años, una reconocida Doctora Dermatóloga estaba desesperada y desconsolada en un chat el día después de la jornada. Trabaja en el Hospital General Gea González. Para ella, por razones que tienen que ver con sus creencias e información electoral, los resultados significaban condenar al hospital de especialidades en sus actuales condiciones de abandono incremental. ¿Qué haremos ahora? “Yo sí estoy muy asustada. He exigido hasta hojas blancas, he exigido medicamentos, suturas, cubre bocas y nos dicen…no hay, no hay… Y yo pongo de mi sueldo para ayudar a los pacientes. ¡Quién me va a escuchar a mí? Nunca nadie lo ha hecho y creo que ahora menos, sin oposición.” Ya Federico Reyes Heroles había contado su historia al ser atendido ahí en un espléndido artículo de Excelsior del 30 de diciembre de 2014 , donde reconocía la fama de su personal y sus maquinas, pero aceptando la enorme demanda de pacientes sin recursos. </p><p> </p><p><br />Hoy la situación es insoportable. Mi amiga nos dice, y con razón, que ve al México pobre y enfermo y de igual manera hay un México inseguro, un México injusto.</p><p> </p><p><br />Me llama la atención escuchar enojos y frustraciones en contra del que apenas ganó la elección, como si todo lo que nos sucede hoy en día ya fuera su responsabilidad. Supongo que eso es un desahogo emocional. Cuando oigo a la Doctora, pienso en el ex rector Narro y sus aspiraciones presidenciales. Uno mas de este terrible grupo que ya se va y que nunca entendieron la alta responsabilidad que tenían. </p><p> </p><p><br />La gran pregunta en el aíre, ¿qué viene ahora? Después de campañas de propuestas generales, en donde a los candidatos les preocupaba mas atacar a sus contrincantes que explicar ideas nuevas para cambiar. Debe de venir lo duro, pero también lo bueno y eso es responsabilidad sí del ganador, de su equipo, pero también de todos y cada uno de nosotros, desde nuestras trincheras, grandes o pequeñas, desde nuestros puntos de contacto con vecinos, amigos, colegas, alumnos, clientes o lo que nos toque. Debemos aprender que el país no cambiará como acto de magia. </p><p> </p><p><br />Es hora de acompañar al que creo que es un hombre honesto con ganas de cambiar esta terrible realidad. Ya no hay espacio para algo diferente. Andrés Manuel es en los hechos, el Presidente Electo de México, de un México que requiere cambiar. No mas simulaciones, componendas, negocios, corrupción. Y eso, depende de nosotros. </p><p> </p><p> </p><p> </p><p> </p> | es_MX |
dc.format | image/jpeg | es_MX |
dc.language.iso | es | es_MX |
dc.publisher | Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Jurídicas | es_MX |
dc.subject | Elecciones | es_MX |
dc.title | Las elecciones de Andrés Manuel: tres historias | es_MX |
dc.type | Working Paper | es_MX |
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