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dc.contributorLoza Otero, Nicoláses_MX
dc.date.accessioned2018-03-02T23:25:00Z
dc.date.available2018-03-02T23:25:00Z
dc.date.issued2018-03-01es_MX
dc.identifier.urihttp://ru.juridicas.unam.mx:80/xmlui/handle/123456789/1320
dc.description<p>Los datos de las encuestas telef&oacute;nicas de Massive Caller para las elecciones presidenciales, las nueve gubernaturas y las senadur&iacute;as de todos los estados de la Rep&uacute;blica, son relativamente f&aacute;ciles de consultar. Apenas el 1 de marzo, el peri&oacute;dico Basta los public&oacute; en su primera plana. Y sin embargo sabemos poco de los tama&ntilde;os de muestra, los criterios de selecci&oacute;n, el uso de factores de expansi&oacute;n y otros aspectos t&eacute;cnicos de sus mediciones, aunque en su sitio ostentan acierto en sus estimaciones pasadas. Por eso y porque apenas empezar&aacute;n las campa&ntilde;as locales, no referir&eacute; con detalle sus resultados, que adem&aacute;s est&aacute;n lejos de poderse considerar pron&oacute;sticos.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Llama la atenci&oacute;n, sin embargo, que de 32 mediciones locales, nueve de elecciones de gobernador y el resto de senadores, fechadas el 25 de febrero las primeras y el 22 del mismo mes las segundas, s&oacute;lo en una, en Campeche, aventaje el candidato del PRI, mientras que en 15, la delantera la tienen partidos que hace apenas cuatro a&ntilde;os eran peque&ntilde;os o en formaci&oacute;n: en 14 estados Morena, y en uno, Jalisco, Movimiento Ciudadano con la candidatura a gobernador de Enrique Alfaro. En otras 13 entidades, el puntero es el candidato del PAN, coaligado o no, en tanto que en dos estados hay empates en las estimaciones punto, del PAN y Morena en Colima, y entre Morena y el PRI en Zacatecas. Si nos limitamos a las gubernaturas, Morena aventaja en Chiapas, Puebla, Morelos, Tabasco y la Ciudad de M&eacute;xico, mientras que el PAN lo hace en Veracruz, Yucat&aacute;n y Guanajuato. Las diferencias entre el primero y el segundo lugar, a veces son estrechas y como lo apuntamos la semana pasada, las campa&ntilde;as importan y seguramente producir&aacute;n cambios.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Pero con todas las reservas que la fuente y las fechas aconsejan, es indudable que nuestro sistema electoral est&aacute; por consagrar un gran cambio en sus componentes y equilibrios. Los tres grandes partidos de la transici&oacute;n, los que pactaron las reformas fundacionales de la d&eacute;cada de los noventas del siglo pasado y todav&iacute;a la m&aacute;s reciente de 2014, quienes ganaron los primeros puestos de elecci&oacute;n popular en contiendas competidas y se repartieron m&uacute;ltiples nombramientos en &oacute;rganos aut&oacute;nomos del Estado, locales y federales, deber&aacute;n reajustar el gui&oacute;n: un nuevo protagonista, Morena, entrar&aacute; en escena, otro m&aacute;s podr&iacute;a pasar a tener un rol secundario, el PRD, y aunque sea dif&iacute;cil de imaginar, el PRI quedar&iacute;a en la m&aacute;s precaria posici&oacute;n de su historia. Junto con estos reacomodos, partidos locales y figuras independientes, adquirir&iacute;an relevancia nacional. La trama de nuestra pol&iacute;tica electoral e institucional, tendr&aacute; nuevo reparto.</p><p>&nbsp;</p><p><br />El M&eacute;xico electoral de finales del siglo XX se disipa. Un nuevo sistema de partidos se abre paso en los estados, con discreci&oacute;n desde hace lustros y con fuerza a partir de las reformas de 2014. Las mega elecciones de julio pr&oacute;ximo ser&aacute;n, a efectos pr&aacute;cticos, fundacionales. El fen&oacute;meno podr&iacute;a ser producto de una lenta acumulaci&oacute;n de transformaciones, pero el catalizador parece ser la concurrencia en un s&uacute;per domingo electoral. Un fuerte l&iacute;der en la contienda presidencial, arrastra hacia adelante las candidaturas locales de su partido, en tanto que un presidente desgastado, cuyo partido est&aacute; desprestigiado y ha postulado un candidato al parecer inocuo, tambi&eacute;n jalan, pero hacia abajo, a sus maquinarias y figuras locales. Un buen ejemplo, por cierto, de las consecuencias no buscadas de la acci&oacute;n, en este caso, del redise&ntilde;o de las instituciones electorales del pasado inmediato.</p><p>&nbsp;</p>es_MX
dc.formatimage/jpeges_MX
dc.language.isoeses_MX
dc.publisherUniversidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Jurídicases_MX
dc.subjectEleccioneses_MX
dc.titleElecciones fundacionaleses_MX
dc.typeWorking Paperes_MX


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