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dc.contributorFreidenberg, Flaviaes_MX
dc.date.accessioned2018-07-03T03:53:33Z
dc.date.available2018-07-03T03:53:33Z
dc.date.issued2018-07-02es_MX
dc.identifier.urihttp://ru.juridicas.unam.mx:80/xmlui/handle/123456789/2052
dc.description<p>Tras casi un a&ntilde;o de proceso electoral, M&eacute;xico ha vivido los comicios concurrentes m&aacute;s complejos de su historia. &iquest;Qu&eacute; aprendimos de estas elecciones para que se puedan superar pac&iacute;ficamente los desaf&iacute;os democr&aacute;ticos que enfrenta el pa&iacute;s? La experiencia ense&ntilde;a a la ciudadan&iacute;a y a la clase pol&iacute;tica al menos diez lecciones que deber&iacute;an contribuir en el necesario proceso de construcci&oacute;n de la democracia mexicana.&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />Lecci&oacute;n #1: La ciudadan&iacute;a sabe votar. Da igual el sentido de su voto, si es por uno o por otro candidato, si lo motiva la ideolog&iacute;a, los programas o el liderazgo de una persona, la experiencia concreta es que la ciudadan&iacute;a se apropi&oacute; de las elecciones con entusiasmo, ejerci&oacute; sus derechos con responsabilidad, las hizo suyas, combati&oacute; la apat&iacute;a y sali&oacute; a votar. A diferencia de lo que muchos esperaban, fue una fiesta c&iacute;vica y pac&iacute;fica (de esas que hace tiempo no se ve&iacute;an).&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />Lecci&oacute;n #2: Los partidos saben competir e (incluso) aceptar la derrota. Uno de los datos m&aacute;s significativos ha sido la rapidez con la que los candidatos perdedores reconocieron su derrota. Este gesto tan sencillo y esperable de actores comprometidos con la democracia ha sido una sorpresa para todos. Esto no es una cuesti&oacute;n menor en un pa&iacute;s donde la no aceptaci&oacute;n de los resultados ha sido uno de sus d&eacute;ficits democr&aacute;ticos. La vara ha quedado bien alta para los candidatos y candidatas del futuro. La ciudadan&iacute;a tom&oacute; nota: aprender a perder es clave para ser un buen dem&oacute;crata.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Lecci&oacute;n #3: La ciudadan&iacute;a sabe contar los votos y las autoridades organizar elecciones. Las instituciones electorales han salido fortalecidas de esta elecci&oacute;n. A pesar de los cambios introducidos por las reformas de 2014, que supusieron nuevos incentivos de coordinaci&oacute;n multinivel entre &oacute;rganos electorales nacionales/locales y entre administrativos/jurisdiccionales y de las fuertes presiones y contextos de exigencia, la gobernanza electoral ha dado cuenta de su capacidad para organizar elecciones en las que pod&iacute;a participar un padr&oacute;n enorme (casi 90 millones de personas) y en las que se compet&iacute;an por much&iacute;simos cargos a la vez (m&aacute;s de 18.000 entre federales y locales).&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />Lecci&oacute;n #4: El sistema electoral no est&aacute; cerrado a ninguna opci&oacute;n. Con las mismas reglas e instituciones, ganaron los que sol&iacute;an perder las elecciones. Esto evidencia que el problema no necesariamente tienen que ser las reglas o las instituciones y que el cambio puede venir del comportamiento de los votantes. Un d&iacute;a los electores se cansan y dejan de votar por los mismos de siempre. Esta fue la receta de los pa&iacute;ses que vivieron el colapso del sistema de partidos como Ecuador o Bolivia, donde la profunda crisis de representaci&oacute;n pol&iacute;tica hizo que el electorado dejara de votar por los partidos tradicionales y se diera con ello la reconfiguraci&oacute;n del poder.&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />Lecci&oacute;n #5: Las campa&ntilde;as electorales importan. Los datos de las encuestas de octubre de 2017 daba a los tres candidatos de las coaliciones grandes muy cercanos entre s&iacute; (Ver Consulta Mitosfky u Oraculus). Los resultados del 1 de julio evidenciaron m&aacute;s de 20 puntos de diferencia entre el ganador y su segundo. Algo pas&oacute; entre medio, adem&aacute;s de la violencia pol&iacute;tica contra los candidatos y otros pol&iacute;ticos. La ense&ntilde;anza parece ser:&nbsp; cuanto m&aacute;s le &ldquo;pegaban&rdquo; al AMLO, m&aacute;s crec&iacute;a el apoyo hacia &eacute;l. La contienda fue entre el miedo y el hartazgo. O, como le&iacute; hoy, entre &ldquo;el miedo a que M&eacute;xico se convierta en Venezuela. Y el miedo a que M&eacute;xico siga siendo el mismo que en la actualidad&rdquo;.&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />Lecci&oacute;n #6: La ciudadan&iacute;a otorg&oacute; un mandato fuerte a un proyecto pol&iacute;tico para gobernar (y ejerci&oacute; el castigo al partido en el poder). Si bien los datos son a&uacute;n preliminares, pareciera ser que el contundente triunfo presidencial de Morena (cerca del 53%), viene acompa&ntilde;ado de mayor&iacute;as en ambas C&aacute;maras, un buen n&uacute;mero de gobernaturas y el control pol&iacute;tico de varios de los estados m&aacute;s poblados del pa&iacute;s (entre los que destacan Ciudad de M&eacute;xico, Veracruz, Morelos, Tabasco y Chiapas). De ser as&iacute;, las mayor&iacute;as deber&iacute;an recordar que el ejercicio democr&aacute;tico del poder requiere de la garant&iacute;a del ejercicio de derechos e intereses de las minor&iacute;as. El poder (absoluto) corrompe y exige la presencia (constante) de mecanismos de control y rendici&oacute;n de cuentas que equilibren a ese poder.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Lecci&oacute;n #7: Las mujeres llegaron para quedarse. Tras las reformas que introdujeron la paridad en el registro de las candidaturas y de los esfuerzos realizados por las autoridades (administrativas y jurisdiccionales) para que los partidos cumplieran con esos requisitos, los datos preliminares indican que las c&aacute;maras legislativas federales estar&aacute;n integradas (casi) de manera paritaria. Diputados tendr&iacute;a cerca del 49.2% de mujeres (33 curules m&aacute;s que la Legislatura anterior) y el Senado un 50.5% mujeres (23 esca&ntilde;os m&aacute;s que la anterior). Est&aacute; din&aacute;mica podr&iacute;a darse tambi&eacute;n en varios estados del pa&iacute;s. La democracia paritaria se convierte en una posiblidad cre&iacute;ble para un pa&iacute;s que lleva a&ntilde;os realizando reformas y acciones para cambiar patrones patriarcales de ejercicio del poder.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Lecci&oacute;n #8: Los partidos importan. A pesar de los sepultureros que abogan por eliminar a los partidos (m&aacute;s que a transformarlos y democratizarlos internamente), las elecciones evidenciaron que &eacute;stos siguen siendo centrales para la estructuraci&oacute;n de la competencia, la selecci&oacute;n de &eacute;lites, la movilizaci&oacute;n electoral (incluso la clientelar), la articulaci&oacute;n de intereses diversos y la canalizaci&oacute;n de la participaci&oacute;n pol&iacute;tica. Dos datos: L&oacute;pez Obrador, a pesar de ser un liderazgo carism&aacute;tico, apost&oacute; por crear un partido (Morena) y la ciudadan&iacute;a en las urnas apost&oacute; por votar mayoritariamente por partidos (a&uacute;n cuando pod&iacute;an hacerlo por las candidaturas independientes).&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />Lecci&oacute;n #9: Las coaliciones contranatura desdibujan las identidades partidarias y confunden al electorado. No es por ser puristas ni por creer que el voto debe ser program&aacute;tico. Pero los pol&iacute;ticos deber&iacute;an convencerse de que las alianzas &ldquo;anti otros&rdquo; no contribuyen a aclarar el escenario de la competencia ni mejoran las condiciones de gobernabilidad democr&aacute;tica. Los partidos que se al&iacute;an deber&iacute;an tener -como los buenos matrimonios- algo m&aacute;s que compartir que la pasi&oacute;n del momento.&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />Lecci&oacute;n #10: Las elecciones no resuelven los problemas b&aacute;sicos del sistema pol&iacute;tico. A pesar de la efervescencia social y de las altas expectativas ciudadanas, las elecciones no resuelven los problemas estructurales que enfrenta M&eacute;xico: la violencia pol&iacute;tica, la desigualdad social y econ&oacute;mica, la impunidad, la corrupci&oacute;n, la inseguridad o la ausencia de Estado de Derecho. La ciudadan&iacute;a deber&iacute;a tener bien claro esto. El problema de desilusionarse, es que uno primero se ilusion&oacute; y es dif&iacute;cil (despu&eacute;s de una desilusi&oacute;n) volver a creer en algo.&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />Demasiadas tareas pendientes. Las respuestas no ser&aacute;n inmediatas y requerir&aacute;n del di&aacute;logo y negociaci&oacute;n entre los m&aacute;s diversos actores sociales y pol&iacute;ticos del pa&iacute;s. Ning&uacute;n hombre solo, ning&uacute;n proyecto pol&iacute;tico por m&aacute;s mayoritario que sea, puede hacer frente de manera aut&oacute;noma a tantos desaf&iacute;os. Por el contrario, requerir&aacute; de mucho sentido com&uacute;n y la cooperaci&oacute;n de todos.&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />.&nbsp;</p>es_MX
dc.formatimage/jpeges_MX
dc.language.isoeses_MX
dc.publisherUniversidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Jurídicases_MX
dc.subjectEleccioneses_MX
dc.title10 lecciones de estas eleccioneses_MX
dc.typeWorking Paperes_MX


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