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dc.contributorFlores, Imer B.es_MX
dc.date.accessioned2018-07-03T03:55:22Z
dc.date.available2018-07-03T03:55:22Z
dc.date.issued2018-07-02es_MX
dc.identifier.urihttp://ru.juridicas.unam.mx:80/xmlui/handle/123456789/2053
dc.description<p><br />La primera gran sin sorpresa fue la victoria de AMLO en la elecci&oacute;n presidencial, la cual vino a confirmar las tendencias de las encuestas que casi siempre --por no decir que siempre-- lo dieron por ganador. Sin embargo, es una gran sorpresa que haya ganado no solamente con alrededor del 53% de los votos sino adem&aacute;s que su partido MORENA y su coalici&oacute;n electoral &ldquo;Juntos haremos historia&rdquo; con el PES y el PT est&eacute;n muy cerca de contar con la mayor&iacute;a absoluta, pero simple (50% + 1) no calificada (66.7%), en el Congreso de la Uni&oacute;n, tanto en la C&aacute;mara de Diputados (entre 51.2% y 58.2%) como en el Senado (entre 43.75% y 54.68%). Cabe acentuar que MORENA por s&iacute; sola ser&iacute;a la primer fuerza pol&iacute;tica del pa&iacute;s tanto en la C&aacute;mara de Diputados (entre 25.4% y 28.4%) como en el Senado (entre 37.5% y 42.18%).</p><p>&nbsp;</p><p><br />Una gran y muy grata sorpresa para todos fue que cuando casi todos --por no decir que todos-- pens&aacute;bamos que no nos podr&iacute;amos ir a dormir o a mal dormir con un resultado incierto que avizorar&iacute;a un conflictivo escenario postelectoral que recordaba al 2006 o al 2012, resulta que pasadas las 20:00 horas las tendencias eran irreversibles y nos daban a un claro y contundente ganador. A tal grado que Meade decidi&oacute; salir a reconocer su triunfo y que Anaya hizo lo mismo, ambos con gran altura de miras como dem&oacute;cratas, aunque el segundo no perdi&oacute; la oportunidad para recordarnos que hubo un uso faccioso del poder, con o sin raz&oacute;n, en su contra.</p><p>&nbsp;</p><p><br />As&iacute;, amanecimos el d&iacute;a de hoy con un sentimiento muy parecido al del a&ntilde;o 2000, sin conflicto electoral, al menos en el caso de la elecci&oacute;n para Presidente. Este hecho puede parecer sorprendente pero para m&iacute; no lo fue tanto, baste recordar que tanto el PRI como el PAN, en aquellas elecciones conflictivas optaron por cerrar filas con el primer lugar y no sumarse a la impugnaci&oacute;n de la elecci&oacute;n, al tenor del &ldquo;haiga sido, como haiga sido&rdquo;.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Otro de los hechos que podr&iacute;an parecer sorprendentes fue la alta participaci&oacute;n ciudadana de alrededor del 63% de la lista nominal de electores, la cual est&aacute; en el mismo rango de las elecciones presidenciales del 2000 (63.97%) y del 2012 (63.14%), solamente por debajo de la de 1994 (77.11%), y por encima del 2006 (58.55%). Es conveniente anotar que sin duda a mayor participaci&oacute;n ciudadana, hay mayor legitimidad del proceso, pero tambi&eacute;n apuntar que el producto est&aacute; legitimado por s&iacute; mismo, pues basta con un solo voto de diferencia para ser declarado ganador. &nbsp; &nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />La elecci&oacute;n vino a confirmar una tendencia que tiene grandes implicaciones para el sistema de partidos y su eventual reconfiguraci&oacute;n. Amen de que habr&aacute; partidos que, a pesar de tener bancadas, podr&aacute;n perder su registro al no alcanzar el 3% de la votaci&oacute;n nominal en alguna de las tres elecciones, a saber: la presidencial, la senatorial o la de diputaciones federales; resulta que los tres &ldquo;grandes&rdquo; partidos, ya no lo son o al menos parece que ya dejaron de serlo. Hasta 1991 el PRI por s&iacute; solo contaba con el 60% de la votaci&oacute;n, pero desde 1994 hasta 2012 el PRI, el PAN y el PRD alcanzaban alrededor del 90%, en tanto que en las pasadas elecciones intermedias del 2015 apenas llegaron al 60% y tres a&ntilde;os despu&eacute;s ni al 40%.</p><p>&nbsp;</p><p><br />De esta forma, habr&aacute; que estar muy pendientes qu&eacute; pasar&aacute; no s&oacute;lo con el gobierno que encabezar&aacute; el virtual presidente electo (todav&iacute;a falta la declaraci&oacute;n formal como tal), sus alianzas, sus promesas de campa&ntilde;a, su partido MORENA, su equipo de transici&oacute;n y su gabinete, su coalici&oacute;n electoral con el PES y el PT y si pasar&aacute; a ser &eacute;sta una de gobierno, sino tambi&eacute;n con el PRI, el PAN y el PRD, desaparecer&aacute;n tal y como los conocemos, as&iacute; como alguno o algunos partidos de la llamada &ldquo;chiquillada&rdquo;, con las relaciones de pesos y contrapesos, con los otros poder p&uacute;blicos, y aunque hoy por hoy parece innecesaria&hellip; con una reforma electoral pendiente, pues todav&iacute;a nos falta mucho por mejorar.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Para concluir nada m&aacute;s nos resta reiterar que seguramente habr&aacute; m&aacute;s sorpresas en el futuro pr&oacute;ximo, como dice Rub&eacute;n Blades: &ldquo;La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida&rdquo;.</p><p>&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p>&nbsp;</p>es_MX
dc.formatimage/jpeges_MX
dc.language.isoeses_MX
dc.publisherUniversidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Jurídicases_MX
dc.subjectEleccioneses_MX
dc.titleLas sin sorpresas, sorpresas y no tanto de la elección federal 2018es_MX
dc.typeWorking Paperes_MX


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